Curando las penas …

Doña Chole traía un dolor muy fuerte en el pecho; ciertamente la molestia la había tenido durante años pero últimamente se había hecho 76717417_2427000360723338_3484525147841363968_ninsoportable vivir así. Se encaminó entre la maleza y subió cuesta arriba del cerro buscando el hogar de la curandera. Allí estaba ella, afuera de su jacal dando de comer a sus gallinas.

Doña Chole le explicó a grandes rasgos los síntomas de su enfermedad:

-Me duele el pecho y me cuesta respirar, aveces se me atoran los suspiros en la garganta y me dan ganas de llorar.

-¿Desde cuando empezaste con ese dolor?

-Desde muy chamaca, tendría yo unos 12 o 13 años -respondió Doña Chole mientras se sentaba en la banquita de madera-

-A ver cuéntame porque te empezó el dolor, acuérdate bien como fue porque de la enfermedad depende el remedio.

Doña Chole se quedo pensativa mirando hacia los granos que se disputaban las gallinas, luego cerró sus ojos y una lágrima salió de ellos. La curandera la miraba atenta sin decir nada.

-Me empezó el dolor cuando él se fue. Como le dije, yo era una chamaca por aquellos tiempos. Las familias no estaban de acuerdo en que nosotros estuviéramos juntos, entonces me escapé con el y nos fuimos pal monte. Vivimos allí en una casita chiquita unos meses sin que nadie nos molestara pero entonces llegaron los milicos. Nos pegaron a los dos, a mi me violaron y me dejaron tumbada entre la hierba dándome por muerta, a el se lo llevaron y nunca regresó. No pude regresar con mi familia ni a mi pueblo y tuve que buscar otro lugar pa vivir, pero de cuando en cuando me iba a dar una vuelta a la casita que me construyo para ver si había vuelto, pero nunca lo hizo.

-¿No tuviste otro hombre?

-No

La curandera asintió con su cabeza sonriendo dulcemente a Doña Chole, luego entró a su casa y sacó un racimo de hierbas; unas estaban frescas y otras estaban secas. La vida y la muerte estaban entre sus manos arrugadas. Al regresar, la curandera comenzó a cantar una canción que Doña Chole no entendía pero que le sacaba las lágrimas. Luego prendió un cigarro y le aventó el humo del tabaco en el rostro, para terminar dándole una friega con las hierbas que traía en las manos.

El dolor en su pecho desapareció inmediatamente, Doña Chole no recordaba lo que era vivir sin dolor y sentía que algo le faltaba.

-Vas a sentirte así unos días, después estarás bien.

-¿Que tenía?

-Penas viejas en el buche. Quité de tu espíritu las manos de los milicos y le recordé a tu alma que era libre y que nadie la había tocado, por eso chillaste. Te arranque la culpa y la vergüenza que no tenias que sentir y las saqué al aire con el tabaco.

Tu hombre ya no está aquí, pero eso tu lo sabes desde hace mucho. También solté el lazo con el que lo amarraste porque no lo dejabas ir y hacías que también le doliera tu dolor, ahora los dos son libres. Quizá se verán luego, se encontraran en otra vuelta o no, pero ya tienen que seguir con su camino y su camino ya no los lleva juntos en esta vida.

Doña Chole le pagó el favor a la curandera con lechugas y tomates de su tierra, se despidió amablemente y le agradeció curarle las penas. Y aunque nunca más tuvo otro hombre en su vida, ya no sentía tristeza por no estar con aquél que le había sido arrebatado. Doña Chole por fin pudo estar en paz consigo misma cuando ya no deseo estar con sus fantasmas. compartió Paola Klug

Fuente: https://www.facebook.com/vedganga

LOS ESTADOS DE TRANCE DEL CHAMÄN

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Los chamanes son, en primer lugar y sobre todo, exploradores. Tal como siempre hemos explorado el mundo físico que nos rodea, los chamanes han explorado los reinos del otro mundo, trayendo de vuelta el conocimiento y la información que les permite actuar como mediadores, curanderos y guías. Para ello, han desarrollado una serie de métodos que les permiten dejar sus cuerpos atrás y, mientras están en trance, enviar una parte de alma a viajar hacia otros niveles de realidad.
A partir de los informes recibidos de los chamanes de diversas tradiciones, ha quedado claro que existen diversos niveles de trance chamánico. En el nivel más bajo o básico es posible viajar (a menudo siguiendo el ritmo de un tambor u otro instrumento rítmico) fuera de la realidad de cada día y hacia los reinos sutiles, donde es posible experimentar visiones.
Los tipos de trance más profundos, que se alcanzan mediante la danza o con el uso de alucinógenos pueden llevar al viajero más lejos, aunque puede ser «hacia dentro», hacia el Otro Mundo, o «hacia fuera», hacia el mundo superior, dependiendo de la percepción del individuo.
Está claro que este tipo de trance es similar a los estados de éxtasis que a menudo alcanzan los místicos. Sin embargo, existen diferencias en la manera de alcanzar dichos estados.
Mientras que el chamán normalmente necesita algún tipo de estímulo, el sonido o las plantas alucinógenas, el místico trata de alcanzar un lugar de silencio y ausencia de estímulos a través del ayuno o la meditación, o retirándose del mundo, como en el caso de la cabaña para sudar o de la búsqueda de la visión.

En los últimos años se ha dedicado una gran cantidad de estudios científicos a estos estados alterados de consciencia (como se describen normalmente). Se han sugerido casi tantas explicaciones como experiencias existen, y se han podido medir los aparentes cambios químicos del cerebro, pero nadie ha logrado trazar el mapa del viaje chamánico, excepto los que se someten a él.

UNA EXPERIENHA PERSONAL

El chamán se somete a una amplia variedad de experiencias. Algunos recuerdan lo que ven y experimentan durante la visión; otros no, pero conservan un nivel de comprensión que les permite actuar a partir de él. Asimismo, la mayoría de los chamanes son lo suficientemente conscientes de lo que les ocurre durante el vuelo del alma para poder ejercer cierto grado de control sobre la experiencia, aunque se debe añadir que «confiar» en la visión es una parte importante del trance chamánico. El trance mismo no implica una inconsciencia total: alguien en trance no se olvida totalmente de su entorno, sino que más bien está tan orientado hacia dentro que entra en un estado más parecido al del sueño.


El origen de la palabra «trance» lo dice todo: viene de transpirar, que significa «pasar por alto», lo que indica un estado en el que el aspecto conocido de la realidad es menos imperativo que el aspecto interno. Esto es lo que dice un chamán contemporáneo cuyo trabajo incluye los estados de trance:

La inducción al trance puede ser producto de una serie de métodos, incluyendo los movimientos de balanceo y la danza; oír sonidos, ritmos y canciones repetitivos, dedicarse a la oración, la quietud, el control de la respiración, la hipnosis, etc.El trance tiene una duración variable, dependiendo del estímulo que lo sustenta. A medida que se profundiza, las ondas cerebrales también se alteran, pasando de la frecuencia beta de la atención de vigilia a la frecuencia alfa de la relajación, y después se profundiza hacia la frecuencia tetha de la visión calmada y la frecuencia delta del sueño profundo o la comunión sintonizado y enfocada en la visión. El principal propósito del trance es permitir al sujeto experimentar la unión con ambos lados de la realidad al mismo tiempo, o entrar en el lado invisible, ultramundano, de la realidad.Las descripciones recogidas por los antropólogos que estudian las tradiciones chamánicas de todo el mundo han mostrado que el lenguaje visual empleado por el viajero en trance para describir su experiencia es principalmente metafórico. Las experiencias pueden parecer chocantes y traumáticas, pero no dañan al viajero.

Hay un famoso relato de un chamán siberiano que, al ser llevado en un viaje de iniciación, se encontró en presencia de un herrero del otro mundo que le arrancó los ojos, la lengua y las orejas, los martilleó dándoles una nueva forma sobre su yunque y después se los v0lvió a pegar. Al despertar del trance, el chamán descubrió que ahora podía ver y entender los lenguajes de los pájaros y de las bestias, y que sus ojos recién sintonizados podían ver los reinos internos.
Chamanes de distintas culturas hablan de ser metidos en calderos y de que su carne hierve y se separa de los huesos durante el vuelo del alma, y que al despertar se encuentran cambiados y están más sintonizados con el mundo que los rodea. Este tipo de imágenes aparentemente violentas suelen acompañar la transformación curativa.

Lo que ve un chamán en un hospital psiquiátrico

Por: Stephanie Marohn y Malidoma Patrice Somé

La chamánica vista de la enfermedad mental

En la vista chamánica, las señales de enfermedad mental indican “el nacimiento de un curandero”, explica Patrice Malidoma Somé. Por lo tanto, los trastornos mentales son las emergencias espirituales, las crisis espirituales, y deben ser considerados como tal, para ayudar al sanador en nacer.

Lo que desde el punto de vista Occidental es visto como enfermedad mental, las personas Dagaralo lo consideran “buenas noticias desde el otro mundo”. La persona que está en crisis ha sido elegida como un medio para un mensaje a la comunidad, que necesita ser comunicado desde elreino espiritual. El “Trastorno mental, y el trastorno del comportamiento de todo tipo, es señal del hecho de que dos energías obviamente incompatibles se han fusionado en el mismo campo”, dice la Dra. Somé. Estas perturbaciones se producen cuando la persona no recibe ayuda, para tratar con la presencia de la energía del reino espiritual.

Una de las cosas que la Dra. Somé encontró, cuando llegó por primera vez a los Estados Unidos en 1980 para estudios de postgrado, fue cómo este país se ocupa de la enfermedad mental. Cuando un compañero de estudios fue enviado a un instituto mental debido a “depresión nerviosa” y la Dra. Somé fue a visitarlo.

“Yo estaba tan sorprendida. Esa fue la primera vez que me trajeron cara a cara con lo que se hace aquí a las personas que presentan los mismos síntomas que he visto en mi pueblo”. Lo que impacto la Dra. Somé fue que la atención prestada a estos síntomas se basa en la patología, en la idea de que la condición es algo que tiene que parar. Esto iba en completa oposición a la forma en que su cultura considera tal situación. Al mirar alrededor de la sala de marcado en los pacientes, algunos con camisas de fuerza, algunos divididos en zonas con medicamentos, otros gritando, sedijo a sí mismo: “Así es como los sanadores que están tratando de nacer, se tratan en esta cultura. ¡Qué pérdida! ¡Qué pérdida que una persona que finalmente se está alineando con un poder de otro mundo se esté desperdiciando!”.

 

Otra forma de decir esto, que puede tener más sentido para la mente occidental, es que en Occidente no estamos entrenados en cómo tratar o incluso enseñar a reconocer, la existencia de los fenómenos psíquicos, el mundo espiritual. De hecho, las habilidades psíquicas son denigradas. Cuando las energías del mundo espiritual emergen en una psique occidental, ese individuo está completamente equipado para integrarlos, o incluso reconocer lo que está sucediendo. El resultado puede ser aterrador. Sin el contexto adecuado para la asistencia que permita lidiar con el avance de otro nivel de realidad, para todos los propósitos prácticos, la persona es una locura. Una pesada dosificación con medicamentos anti-psicóticos agrava el problema, y evita la integración que podría conducir al desarrollo del alma, y al crecimiento de la persona que ha recibido estas energías.

En la sala mental, la Dra. Somé vio una gran cantidad de “seres” que cuelgan alrededor de los pacientes, “entidades” que son invisibles para la mayoría de la gente, pero que los chamanes y videntes son capaces de ver. “Ellos estaban causando la crisis en estas personas”, dijo. Le parecía que estos seres estaban tratando de conseguir los medicamentos y sus efectos fuera de los cuerpos de las personas, que los seres estaban tratando de fusionarse con ellos, y aumentaban el dolor de los pacientes en el proceso. “Los seres estaban actuando casi como una especie de excavadora en el campo de la energía de las personas. Eran realmente feroces con eso. Las personas a las que les estaban haciendo eso, solo  gritaban y gritaban”, dijo. Ella no podía quedarse en ese ambiente y tuvo que abandonarlo.

En la tradición Dagara, la comunidad ayuda a la persona a conciliar las energías de ambos mundos: “el mundo del espíritu con que él o ella se fusionan, y el pueblo y la comunidad”. Esa persona es capaz entonces de servir de puente entre los mundos, y ayudar a los vivos con la información y la curación que necesitan. Así, la crisis espiritual termina con el nacimiento de otro sanador. “La relación del otro mundo con nuestro mundo es una de patrocinio,” explica la Dra. Somé. “Muy a menudo, los conocimientos y habilidades que se derivan de este tipo de fusión, son un conocimiento o una habilidad que se proporciona directamente desde el otro mundo”.

Los seres que fueron aumentando el dolor de los internos en el hospital mental, en realidad estaban tratando de fusionarse con los internos, con el fin de obtener los mensajes a través de este mundo. Las personas que habían escogido para fusionarse, no estaban recibiendo ninguna ayuda en el aprendizaje de cómo ser un puente entre los mundos, y los intentos de los seres para fusionarse fueron frustrados. El resultado fue el sostenimiento de la enfermedad inicial de la energía, y el aborto del nacimiento de un sanador.

“La cultura occidental ha ignorado sistemáticamente el nacimiento del curandero”, afirma la Dra. Somé. “En consecuencia, habrá una tendencia desde el otro mundo a seguir intentándolo, con tantas personas como sea posible, en un intento de llamar la atención de alguien. Tienen que esforzarse más”. Los espíritus se sienten atraídos por personas cuyos sentidos no han sido anestesiados. “La sensibilidad es más o menos leída como una invitación a entrar”, señala.

Los que desarrollan los llamados trastornos mentales son aquellos que son sensibles, que se ve en la cultura occidental como hipersensibles. Las culturas indígenas no lo ven de esa manera y, como resultado, las personas sensibles no se observan a sí mismos como demasiado sensibles. En Occidente, “es la sobrecarga de la cultura en la que están, que simplemente los destroza”, observala Dra. Somé. El ritmo frenético, el bombardeo de los sentidos, y la energía violenta que caracterizan a la cultura occidental, puede abrumar a las personas sensibles.

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La esquizofrenia y la energía exterior

Con la esquizofrenia, hay una especial “receptividad a un flujo de imágenes e información, que no se puede controlar”, declaró la Dra. Somé. “Cuando este tipo de avalancha se produce en un momento si haberlo elegido, y en particular cuando se trata de imágenes que dan miedo y son contradictorias, la persona entra en un frenesí”.

Lo que se requiere en esta situación es, primero separar la energía de la persona, de las energías extranjeras extrañas, mediante el uso de la práctica chamánica (lo que se conoce como un barrido) para borrar factores externosdel aura de la persona. Con su campo de energía limpio, la persona ya no recoge una avalancha de información, y por lo tanto ya no tiene razón de estar asustado y perturbado, explica la Dra. Somé.

Entonces es posible ayudar a la persona, a que se alinee con la energía del espíritu que esta intentando llegar a través del otro mundo, y dar a luz a la curandera. El bloqueo de ese nacimiento es lo que crea problemas. “La energía del sanador es una energía de alto voltaje”, observa. “Cuando está bloqueado, sólo quema a la persona. Es como un corto circuito. Los fusibles se funden. Es por esto que puede ser realmente aterrador, y entiendo por qué esta cultura prefiere confinar a estas personas. Aquí están gritando y gritando, y son puestos en una camisa de fuerza. Esa es una imagen triste. “Una vez más, el enfoque chamánico es trabajar en la alineación de las energías para que no haya bloqueo, “la fusión” no está sucediendo y la persona puede llegar a ser el sanador que está destinado a ser.

Es necesario señalar en este punto, sin embargo, que no todos los seres espirituales que entran en el campo energético de una persona, están allí a los efectos de promover la curación. Hay energías negativas, que son presencias indeseables en el aura. En esos casos, el enfoque chamánico es eliminarlos del aura, en lugar de trabajar para alinear las energías discordantes.

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Alex: Loco en los EE.UU., sanador en África

Para probar su creencia en el mundo occidental de que la visión chamánica de la enfermedad mental es cierta, así como en las culturas indígenas, la Dra. Somé llevo a un enfermo mental de vuelta a África con él, a su pueblo. “Me decidí por mi propia curiosidad de saber si hay algo de verdad en la universalidad,  que indique que la enfermedad mental podría estar conectada con una alineación con un ser de otro mundo”, dice la Dra. Somé.

Alex era un joven de 18 años de edad, estadounidense que había sufrido un brote psicótico cuando tenía 14 años. Él tenía alucinaciones, era suicida, y atravesó ciclos de depresión severa peligrosamente. Se encontraba en un hospital psiquiátrico, y le habían dado un montón de drogas, pero nada lo ayudaba. “Los padres habían hecho todo sin éxito,” dice la Dra. Somé. “Ellos no sabían qué más hacer”.

Con su permiso, la Dra. Somé llevo a su hijo a África. “Después de ocho meses allí, Alex se había vuelto bastante normal, informa la Dr. Somé. Incluso fue capaz de participar con los curanderos en el negocio de la curación; sentarse con ellos durante todo el día y ayudarlos en lo que estaban haciendo con sus clientes, pasó cuatro años en mi pueblo. “Alex se quedó por elección, no porque necesitaba más la curación”. Se sentía “mucho más seguro en el pueblo que en América”.

Para poner su energía y la del ser de la esfera espiritual en alineación, Alex pasó por un ritual chamánico diseñado para ese propósito, aunque era un poco diferente del utilizado por el pueblo Dagara. “Él no nació en el pueblo, así que otra cosa aplica. Pero el resultado fue similar, a pesar de que el ritual no era, literalmente, el mismo”, explica la Dra. Somé. El hecho de que la alineación de la energía funciono para sanar a Alex le demostró a la Dra. Somé, que la conexión entre los demás seres y las enfermedades mentales, es de hecho universal.

Después del ritual, Alex comenzó a compartir los mensajes que el espíritu tenía para este mundo. Por desgracia, las personas con la que estaba hablando no hablaban inglés (la Dra. Somé estaba ausente en ese momento). Sin embargo,  la experiencia llevó a Alex a ir a la universidad para estudiar psicología. Regresó a los Estados Unidos después de cuatro años porque “descubrió que todas las cosas que tenía que hacer se habían hecho, y entonces podía seguir adelante con su vida”.

Lo último que la Dra. Somé escuchó, fue que Alex estaba en la escuela de postgrado de psicología en Harvard. Nadie habría pensado que iba a ser capaz de completar los estudios de pregrado, y mucho menos obtener un grado avanzado.

La Dra. Somé resume que la enfermedad mental de Alex se trataba de que: “Él estaba surgiendo. Fue una llamada de emergencia. Su trabajo y su propósito era ser un sanador. Él dijo que nadie estaba prestando atención a eso”.

Después de ver lo bien que el enfoque chamánico funciono para Alex, la Dra. Somé concluyo que los seres espirituales son tanto un problema en Occidente como en su comunidad en África. “Sin embargo, la pregunta permanece, la respuesta a este problema se debe encontrar aquí, en lugar de tener que ir todo el camino al extranjero para buscar la respuesta. Tiene que haber una manera en la que un poco de atención vaya más allá de la patología de toda esta experiencia, y conduzca a la posibilidad de dar con el ritual adecuado para ayudar a la gente.

Anhelo de Conexión Espiritual

Un hilo común que la Dra. Somé ha notado en los trastornos “mentales” en Occidente es una “muy antigua energía ancestral que se ha colocado en estasis, que por fin está saliendo en la persona”. Su trabajo, entonces es trazar de nuevo y retroceder en el tiempo para descubrir lo que el espíritu es. En la mayoría de los casos, el espíritu está conectado a la naturaleza, sobre todo en las montañas o grandes ríos, dice.

En el caso de las montañas, como un ejemplo para explicar el fenómeno, “es un espíritu de la montaña que está caminando al lado de la persona y, como resultado, crea una distorsión del espacio-tiempo que está afectando a la persona atrapada en ella”. Lo que se necesita es una fusión o la alineación de las dos energías,“con lo que la persona y el espíritu de la montaña se convierten en uno”. Una vez más, el chamán realiza un ritual específico para llevar a cabo esta alineación.

La Dra. Somé cree que se encuentra con esta situación tan a menudo en los Estados Unidos debido a que “la mayor parte de la trama de este país se compone de la energía de la máquina, y el resultado de ello es la desconexión y la ruptura del pasado. Se puede huir del pasado, pero no se puede ocultar de él. El espíritu ancestral de la naturaleza viene de visita. No es tanto lo que el espíritu quiere, sino lo que la persona quiere”, dice. “El espíritu ve en nosotros una llamada a algo grande, algo que va a hacer la vida más significativa, por lo que el espíritu es la respuesta a eso”.

Esa llamada, que ni siquiera sabemos que la estamos haciendo, refleja “un fuerte anhelo de una conexión profunda, una conexión que trasciende el materialismo y la posesión de las cosas, y se mueve en una dimensión cósmica tangible. La mayor parte de este anhelo es inconsciente, pero para los espíritus, conscientes o inconscientes, no hace ninguna diferencia”. Ellos responden a cualquiera.

Como parte del ritual de fusionar la montaña y la energía humana, los que están recibiendo la “energía de la montaña” son enviadas a una zona de montaña de su elección, donde recogen una piedra que los llame. Traen esa piedra consigo para el resto del ritual y luego la mantienen como una compañera; algunos incluso se la llevan con ellos. “La presencia de la piedra hace mucho en afinar la capacidad perceptiva de la persona”, señala la Dra. Somé. “Ellos reciben todo tipo de información de la que puedan hacer uso, así que es como si consiguieran alguna orientación concreta del otro mundo en cuanto a cómo vivir su vida”.

Cuando es la “energía del río”, las personas están siendo llamadas a ir al río y, después de hablar con el espíritu del río, encuentran una piedra de agua y regresan a recibir el mismo tipo de ritual que con el espíritu de la montaña.

“La gente piensa que es algo extraordinario que se debe hacer en una situación extraordinaria como ésta”, dice. Eso no es generalmente el caso. A veces es tan simple como buscar una piedra.

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Un Ritual Sagrado como enfoque para la enfermedad mental

Uno de los regalos que un chamán puede traer al mundo occidental es ayudar a la gente a redescubrir el ritual, que esta tristemente deficiente. “El abandono del ritual puede ser devastador. Desde el punto de vista espiritual, el ritual es inevitable y necesario si se quiere vivir”, la Dra. Somé escribe en Ritual: Poder, Sanación y comunidad. “Decir que se necesita el ritual en el mundo industrializado es un eufemismo. He visto en mi propia gente que probablemente, es imposible vivir una vida sana sin él”.

La Dra. Somé no sentía que los rituales de su pueblo tradicional simplemente podrían ser transferidos a Occidente, por lo que con sus años de trabajo chamánico aquí, ella ha diseñado rituales que satisfagan las necesidades, tan diferentes de esta cultura. Aunque los rituales cambian de acuerdo a la persona o el grupo involucrado, se encontró con que hay una necesidad de ciertos rituales en general.

Uno de ellos consiste en ayudar a las personas a descubrir que su angustia viene del hecho de que están siendo “llamados por seres de otro mundo, a cooperar con ellos, en hacer un trabajo de curación”.El ritual les permite salir de la angustia y aceptar ese llamado.

Otro ritual necesario se refiere a la iniciación. En las culturas indígenas de todo el mundo, los jóvenes se inician en la edad adulta, cuando llegan a una cierta edad. La falta de dicha iniciación en Occidente es parte de la crisis que la gente tiene aquí, dice la Dra. Somé. Se insta a las comunidades a reunir “las personas creativas que han tenido este tipo de experiencia, en un intento de llegar a algún tipo de ritual alternativo que, al menos, comience a hacer un hueco en este tipo de crisis”.

Otro ritual que se menciona en varias ocasiones a los que vienen con la necesidad de ayuda, implica hacer una hoguera, y luego poner en la hoguera “artículos que sean un símbolo de problemas hallados en el interior de las personas, podrían ser los problemas de ira y frustración en contra de un antepasado, que ha dejado un legado de asesinato y esclavitud, o nada, cosas con las que el descendiente tiene que vivir”, explica. “Si estos están bloqueando la imaginación humana, el propósito en la vida de la persona, e incluso la opinión de la persona de la vida, como algo que puede mejorar, entonces tiene sentido empezar a pensar en términos de cómo a su vez desbloquear esa carretera puede conducir a algo más creativo y más satisfactorio”.

El ejemplo de los problemas con un antepasado necesita rituales diseñados por la Dra. Somé que abordan una disfunción grave en la sociedad occidental, y en el proceso de “disparar la iluminación” en los participantes. Estos son los rituales ancestrales, y la disfunción que dirigen a la masa de inflexión sobre los antepasados. Algunos de los espíritus que intentan atravesar, como se ha descrito anteriormente, pueden ser  “antepasados ​​que quieren fusionarse con un descendiente en un intento de curar lo que no fueron capaces de hacer, mientras que estaban en su cuerpo físico”.

“A menos que la relación entre los vivos y los muertos este en equilibrio, el caos surgirá“, dijo. “Los Dagara creen que si existe un desequilibrio como este,  es el deber de los vivos sanar a sus antepasados. Si estos antepasados ​​no se curan, su energía enferma perseguirá las almas y mentes de aquellos que son responsables de ayudarlos. “Los rituales se centran en la curación de la relación con nuestros antepasados, tanto las cuestiones específicas de un antepasado como los aspectos culturales más grandes contenidos en nuestro pasado.La Dra. Somé ha visto suceder una extraordinaria curación en estos rituales.

Tomar un ritual sagrado como enfoque ante una enfermedad mental, más que ver a la persona como un caso patológico da a la persona afectada, y de hecho a la comunidad en general, la oportunidad de empezar a mirar desde este punto de vista, lo que conduce a “un sin fin de oportunidades y la iniciativa ritual que puede ser muy, muy beneficiosa para todos los presentes”, afirma la Dra. Somé.

 

Extraído de: La Guía de Medicina Natural para la esquizofrenia, o la guía de la medicina natural para el Trastorno Bipolar, páginas 178-189, Stephanie Marohn (con Malidoma Patrice Somé).