¿Dónde está la mente, adentro o afuera del cuerpo? (enseñanzas budistas sobre la no-dualidad)

En la tradición budista surge comúnmente una práctica de auto-observación que nos llama a contemplar si la mente tiene un origen, un asiento o locus o si yace adentro o afuera del cuerpo. Esto es parte del estudio de la naturaleza de la mente y de la milenaria búsqueda por en contra al yo (una búsqueda que no arrojado ningún resultado positivo hasta la fecha). Esta meditación engrana con las técnicas de shamatha y puede ser parte de una práctica preliminar para caminos más avanzados como el Dzogchen y el Mahamudra; nos sirve para cultivar un entendimiento finalmente de la vacuidad y de la identidad insustancial entre la mente y el espacio.

La primera cita es de The Attention Revolution de Allan Wallace, donde describe la quinta etapa de la meditación shamatha, con la práctica de “establecer la mente en su estado natural”:

Al dejar los ojos abiertos, al tiempo que enfocas tu atención en el dominio de los eventos mentales, la barrera artificial entre lo “interno” y lo “externo” se empieza a disolver. Especialmente en nuestra sociedad materialista, nos hemos acostumbrado a la idea de que nuestros pensamientos y todos los otros eventos mentales están adentro de nuestra cabeza. Pero esto nunca ha sido demostrado científicamente. Todo lo que se sabe es que los eventos mentales correlacionan con eventos neurales, pero esto no significa que estén localizados en el mismo lugar.

Las siguientes citas vienen de Magic Play, libro del maestro del linaje Nyingma, Thinley Norbu Rinpoche:

Aunque podemos pensar que nuestra mente está adentro de nuestros cuerpos, realmente no está ni afuera ni adentro, ni en nuestro cerebro ni en nuestro corazón. Si realmente analizamos este “adentro o afuera”, nos daremos cuenta que no podemos encontrar los límites que separan adentro de afuera. Nuestros límites vienen de nuestros hábitos kármicos por usar los elementos burdos.. Nuestra mente real es ilimitada, pero no lo sabemos porque sólo usamos nuestras mentes limitadas ordinarias.. en realidad la esencia secreta que permea todos los fenómenos nunca se puede dividir.

Thinley Norbu explica en otra parte que todos los cuerpos están formados por una combinación de cinco elementos (el quinto es el espacio) y deben purificarse, es decir descomponerse para hacer su naturaleza simple, igual que la vacuidad. En ese estado purificado se descubre la esencia de la mente iluminada que es la realidad, la semilla de budeidad (tathagatgarbha) que llevan todos los seres. Curiosamente en la tumba de Sir Francis Bacon, iniciado en los misterios rosacruces, está escrito “¡Qué todos los compuestos se disuelvan!” Una especie de invocación hacia une estado de liberación en el que el cuerpo regresa a su estado simple y puro, como el cielo.

Otra vez Thinley Norbu Rinpoche:

Sólo vemos una cosa a la vez es por esto que vemos  la vacuidad como si fuera algo distinto a los fenómenos…  En la Mente de Sabiduría, no hay sujeto, ni objeto, ni intervalo entre sujeto y objeto, ni principio,  ni final, ni tiempo, ni dirección, así que no hay punto de vista…

Podemos buscar nuestra mente por siglos, pero nunca la encontraremos dentro de la sustancia de los fenómenos porque es siempre la gran vacuidad.. Nuestra mente espejo siempre refleja incontables fenómenos sin obstrucción y esfuerzo… Desde el principio, la vacuidad y los fenómenos son inseparables. Donde sea que existan los fenómenos hay vacuidad y donde quiera que hay vacuidad hay fenómenos. No vemos esto porque nuestra mente dualista divide las cosas por hábito.

En el texto de alquimia interna taoísta con influencia budis, El Secreto de la Flor de Oro, se dice:

La luz no está ni adentro ni afuera del ser. Las montañas, ríos, el sol, la luna y toda la tierra son esta luz, así que no sólo está en la mente. Todas las operaciones de inteligencia, conocimiento, y sabiduría son también está luz, así que no está afuera de la mente. La luz del cielo y la tierra llenan el universo; la luz del cielo cubre la tierra. Así que una vez que regresas la luz, todo en el mundo regresa  la fuente [versión de Thomas Cleary].

Por último una frase de Rilke, inadvertidamente budista: “¿Qué es la interioridad sino cielo intensificado?” Esto es lo que han dicho grandes maestros, del budismo tibetano particularmente, la mente es como el cielo, una metáfora que oculta un profundo tesoro, el yoga más alto, la Gran Perfección.

Fuente: http://cadenaaurea.com/